Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Viernes semana X del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Mt 5, 37-32.
Puede parecer un Evangelio duro. Y tal vez lo sea.
Ahora bien, ¿qué nos quiere decir el Señor con estas palabras?
Lo que brota del corazón es lo que hace y define al ser humano. De ahí que indique que ya el deseo hace «cometer adulterio».
A la vez, Jesús habla muy radicalmente: «arráncalo».
El Señor es el primero que vive con su corazón puesto totalmente en el Padre, por ello tan solo vive amor. Y a la vez, hace como opción vivir unido al Padre, nada hay que pueda hacer que se desvíe de esa opción radical, nada le aparta de Él.
Hoy podemos contemplar así a Jesús, y pedirle que nos enseñe a ser como Él: nuestro corazón puesto en Él, toda nuestra vida depositada en Él, para apartar lo que nos impida ir a Él que, en definitiva, es todo aque que nos inhumaniza. Vivir unido a Él es vivir el amor.
Estemos con Él. Dejemosnos configurar con Él.
José Luis, vuestro Párroco