Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Lunes semana XVII del Tiempo Ordinario.
Día 25 de julio, fiesta de Santiago Apóstol
Lecturas: Mt 20, 20-28.
El Evangelio nos muestra hoy un acontecimiento especial: Salomé, la madre de Juan y de Santiago, hijos de Zebedeo, se acerca a Jesús a hacerle una petición. Tal y como se desprende de su petición, tanto ella, como sus hijos, como el resto de los Apóstoles, aún no han comprendido el mensaje del Señor.
Me gustaría que de este pasaje evangélico pudiéramos descubrir un día más como es Jesús: una persona acogedora ante una mujer, que la propone aceptar la forma de vida que Él lleva, «su cáliz» (en el mundo bíblico el cáliz es sinónimo de la vida, de su destino: «aparta de ni este cáliz», dirá el Señor en la oración en el huerto).
Su vida no es gobernar ni mandar, sino servir y ayudar, entregar su propio ser. ¿Qué les propone? Ser como Él.
¿Qué nos propone hoy a cada uno de nosotros? Aceptarle a El, aceptar su vida, hacer nuestra su propia forma de ser. En definitiva, «beber su cáliz».
Podemos hoy leer y releer este pasaje, visionarlo, y dejar que flote en nuestro ser esa palabra, «cáliz». Jesús hoy nos invita a beberlo con Él, a ir siendo como Él.
José Luis, vuestro Párroco