Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Sábado semana XVII del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Mt 14, 1-12.
Parece que la historia del martirio de Juan Bautista no aporta nada, o poco, a la imagen que tenemos de Jesús.
Sin embargo de este relato podemos sacar diferentes facetas del Maestro.
Por un lado, el evangelista nos habla de cómo la tarea del Señor, lo que Él hace, anuncia y vive, lo que mueve, es pública, es un fenómeno social, que hasta hace interpelarse al mismo rey Herodes (¿ este quién es?) Jesús está totalmente inserto en su mundo, en su momento. Y no es indiferente para quienes le rodean.
Además podemos ver la cercanía de Juan con Jesús: los discípulos del Bautista le van a contar que ha pasado, señal de la cercanía de ambos líderes: Jesús admira la honestidad e integridad de Juan.
Creo que hoy podemos contemplar así al Maestro: inserto en la vida, sensible hacia los valores buenos que tenemos las personas.
Podemos hoy leer tranquilamente este pasaje evangélico, admirar a Juan, y contemplar cómo es el Señor. Dejemosnos llenar por Él.
José Luis, vuestro Párroco