Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Miércoles semana XX del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Mt 20, 1-16 a.
Un Evangelio que hay que saber leer y descubrir.
Si en las parábolas hay que saber descubrir su mensaje, y jamás leer literalmente, está mucho más. Porque con unos criterios humanos y actuales, ¿no será real la protesta que hacen los empleados de la primera hora? Desde luego que la queja se hace con mucho sentido común.
Ahora bien, la parábola desea revelar como es el rostro del Padre, no darnos una lección de economía y justo salario. Un Dios a quien Jesús supo descubrir y vivir.
El Señor revela hoy como siente al Padre: sale continuamente a la búsqueda, a nuestro encuentro; nos invita continuamente a trabajar en su proyecto en su viña; y desea dar el pago estipulado por Él: la vida.
¿Descubrimos en nuestro quehacer ese rostro tan humano del Padre?
Hoy se nos invita a descubrirlo y a estar con Él.
José Luis, vuestro Párroco