Para leer el Evangelio: jueves 15 septiembre 2022

Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.

Jueves XXIV del Tiempo Ordinario. ‎
‎Lecturas: Lc 7, 36-50.‎

Un Evangelio entrañable y profundamente humano. Humano y divino.
En mitad de la vida, inmerso en lo cotidiano, en el espesor de lo real, una cena, entre amigos que le acogen, Jesús va a tener un encuentro curioso, y se «deja tocar», se dejar amar, reconociendo que lo que prima es el amor y el perdón, no la culpabilidad ni los prejuicios.

Jesús no rechaza, sino que acoge y perdona. Espléndidamente humano. Tal vez tengamos que aprender mucho del Señor los creyentes y la Iglesia. No sólo desde la postura de simpatizar, sino con opciones personales reales.

Hoy podemos descubrir cómo el Señor se revela inmerso en una vida normal (comiendo entre amigos), se deja encontrar, deja que con Él se tengan gestos de cariño (no se muestra rígido ante los afectos), y propone el perdón, la comprensión y la gratitud como estilo de vida. Tanto en El, como en aquellos (tal vez todos nosotros) que nos podemos reconocer como pecadores y limitados.

Podemos visionar este relato, ver, oír, escuchar…y admirar al Maestro. Admirar para aprender.
Estemos con Él.

José Luis, vuestro Párroco