Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Martes XXVII del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Lc 10, 38-42.
Es sorprendente la conducta de Jesús y como se revela en este texto.
El Señor Jesús entra en casa de unos amigos: en Betania, en casa de Lázaro, Marta y María. Allí se sienta a la mesa, toma parte en el encuentro con los que ama.
Jesús se revela como el Dios amigo que comparte la vida. Ser amigo es amar. El Señor ama, comparte, habla, enseña…
En este contexto de cariño, señala algo muy importante: la escucha, la acogida, estar con Él, vale la pena. Él puede llenar el corazón. Vivamos y estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco