Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Martes dentro de la Octava de Navidad. Ciclo A
Día 27 de diciembre, San Juan Apóstol y Evangelista
Lecturas: Jn 20, 2-8.
Seguimos en esta primera semana de Navidad contemplando a testigos que realmente viven unidos al Señor: por un lado el primer mártir cristiano, y por otro a un testigo de la fe, un Apóstol, alguien que ha vivido con el mismo Señor, que se aventura a recordar que «la Palabra brota de Dios», del Misterio, que es Dios mismo.
Hoy recordamos a Juan Evangelista y Apóstol, alguien que le conoce, y ha vivido con Él.
Juan Apóstol reconoce en este pasaje evangélico que busca el Misterio: el misterio de una tumba vacía, de Alguien que da sentido a la existencia, de Alguien con quien ha compartido la vida y caminado con él. Juan es un buscador: al principio se fue con Él, y ahora le sigue buscando. Y Jesús sin estar visible, le va dando el don de la fe.
Leamos este Evangelio, y pidamos al Señor que , a ejemplo de Juan, siempre le busquemos, nos demos cuenta de que Él es el misterio de la vida. Estemos con Él.