Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Miércoles dentro de la Octava de Navidad. Ciclo A
Día 28 de diciembre, los Santos Inocentes
Lecturas: Mt 2, 13-18
Me gustaría detenerme en los dos personajes clave de este relato.
José es un hombre abierto a Dios: atento a la palabra del Ángel, es obediente y disponible a lo que Dios le pide. Hasta a exiliarse.
Herodes es todo lo contrario: abierto tan solo a sus ansias de poder y dominio, no duda en cometer atrocidades para conseguir sus deseos.
¿Cuantos santos inocentes ha habido a lo largo de toda la historia? Abortos, niños, niñas, adultos, mayores…víctimas de la maldad humana, del ansia de poder, de poseer y de dominar.
Jesús se nos revela en su vida como muy cercano a como es José: el hombre abierto a Dios que no duda en «incomodarse» para vivir la comunión con el Padre.
Hoy os pido que os fijéis en José, y que pidáis al Dios que habita en el corazón de cada hombre ir siendo semejante a José, el hombre bueno.
Estemos con Jesús.