Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
viernes V del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Mc 7, 31-37.
Seguimos con las andanzas terrenas de Jesús. Deja una zona, Fenicia, y se dirige a una de las provincias de Israel, Decápolis.
El Señor no deja de caminar, de andar entre nosotros, las personas.
En este estar presente en la vida, no deja de hacer el bien, como dice este mismo Evangelio: Dios presente en la vida, no deja de amar y hacer el bien.
Hoy se nos llama a leer este Evangelio, y a contemplar así a Jesús: Dios presente en nosotros, que no nos deja de hacer el bien. Y nos llama a hacerlo, como Él.
José Luis, vuestro Párroco