Para leer el Evangelio: martes 29 septiembre 2020

Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.

Martes XXVI del Tiempo Ordinario.  Juan 1, 47-51
Fiesta de los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael

Me es sugerente esta fiesta.

Los Santos Arcángeles son mensaje y revelación de la Presencia y cercanía de Dios con las personas. Son una auténtica profesión de fe: nos cuenta el Evangelio de hoy, «veréis a los ángeles de Dios subir y bajar al cielo»

Miguel, fuerza de Dios, victoria suya sobre el mal, sobre la muerte; Gabriel, enviado de Dios para anunciar su deseo de salvación pidiendo colaboración al ser humano, a la persona (le pide «permiso» a María, si desea ser la Madre de Jesús); y Rafael, medicina de Dios que cura y acompaña en el camino.

Contemplar hoy a los Santos Arcángeles es contemplar la misma acción de Dios, siempre salvífica y salvadora. Nuestra fe es en un Dios que desea con enormidad todo el bien para el ser humano, para cada persona. Y no se cansa de desearlo. Lo mejor.

Cuando Jesús nos dice que veremos a los ángeles subir y bajar del cielo, nos está diciendo que nos demos cuenta de esa Presencia de Dios que «baja», se encarna, para mostrar y traernos su salvación.

Contemplemos y saboreemos esa Presencia incondicional de Dios en nuestra vida.

Qué los Arcángeles nos bendigan.

José Luis, vuestro Párroco