Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Domingo semana XXIX del Tiempo Ordinario. Ciclo A
Lecturas: Mt 22, 15-21.
Hoy Jesús nos propone algo fundamental para la historia humana: no manipular el nombre de Dios para conseguir fines políticos. La historia está llena de acontecimientos donde alguien ha manejado la religión para conseguir un objetivo, habitualmente el poder. Hay numerosos ejemplos en todas las confesiones. Y muy sangrientos. Y no lejanos en la distancia y en el tiempo.
Pero me quiero hoy fijar en un pequeño detalle de este Evangelio: Jesús mira el corazón de esos hombres, y descubre su mal hacer.
Hoy este texto evangélico nos revela con este pequeño detalle que el Señor mira nuestro corazón: mira y descubre quién y cómo somos. Ante Él no caben máscaras ni fachadas. Él sabe bien quién somos, y nos mira con un profundo amor. Nos ve como somos, pero nunca jamás con amenazas, ni para manejarnos, sino amándonos intensamente, sin condiciones.
Conocer nos da poder, y capacidad para estar por encima de lo conocido. Incluso para utilizarlo. Dios nos conoce, pero nunca jamás para dirigirnos, sino para amarnos intensamente.
Hoy podemos contemplar así a Jesús: el Dios que nos mira el corazón, y que nos ama sin medida.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco