Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Sábado semana XXXII del Tiempo Ordinario. Ciclo A
Lecturas: Lc 18, 1-8.
Para mi, está parábola es antipática, y bastante fea.
Tan solo la entiendo desde la interpretación que da el Evangelista al comenzar la narración: orar sin desfallecer.
Jesús hace de su vida una completa oración, un pleno encuentro con Dios, aunque a veces no encuentre respuesta a su petición.
La parabola muestra esa experiencia del Señor: oración sin desfallecer, aunque no vea respuesta. Él insiste e insiste, pone su vida en manos del Padre, confía en Él. La viuda es una imagen de quién es Jesús: la persona que ora y ora, y aunque no encuentre respuesta, va a seguir insistiendo.
Podemos hoy contemplar así a Jesús; orante confiado y constante.
Pidamos al Señor que nos enseñe a caminar, orar y confiar.
José Luis, vuestro Párroco