Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Domingo semana XXXIV del Tiempo Ordinario. Ciclo A
Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo.
Lecturas: Mt 25, 31-46.
Fijarnos en Jesús, Rey del Universo es algo realmente admirable.
Creo que hay muchas metáforas que podrían dar el mismo contenido que esta fórmula. Concretamente me quedo con «Jesucristo, fuente de la vida».
Me gusta sentir como el Señor es el origen y fuente de la vida, el único capaz de dar vida a su alrededor, la causa de toda vida, la que la mantiene, la que le da consistencia, el ser, la «riega». Jesús, el centro de toda la creación.
Hoy se nos llama a contemplar al Señor como el nucleo de todo lo que existe y es. Centro y origen, alma y corazón.
También hoy se nos llama a descubrir donde se encuentra el Señor: en aquellos que son victima del dolor y sufrimiento. En ellos, Jesús está.
Podemos leer despacio este Evangelio, y contemplar así al Señor: fuente de la vida que nos llama a dejarnos llenar por Él, y nos envía a amar como ama Él.
José Luis, vuestro Párroco