Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Martes IV del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Mc 5, 21-41.
Si tuviera que destacar hoy alguna faceta de Jesús en este Evangelio es su gran sensibilidad.
El Señor en mitad de una multitud que le apretuja, nota que alguien le toca.
Pero no solo este gesto manifiesta su delicadeza, sino también su apertura ante quién le busca, ante el hombre angustiado por su hija, ante tomar de la mano a la niña muerta, y hasta el mandar dar de comer a la niña…Jesús, un hombre, un Dios, sensible ante el ser humano…
Podemos leer este fragmento evangélico, y aprender de Él. Aprender a ser sensibles ante los demás.
José Luis, vuestro Párroco