Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Viernes de la semana III de Cuaresma. Ciclo B.
Lecturas: Mt 12, 28 b-32.
Es increíble y precioso este pasaje evangélico. Cada palabra, cada frase, es para saborear y sentir.
Jesús vive el amor a Dios y al prójimo como un solo gran amor, una sola realidad. Y, como dice el escriba, el amor lo sitúa por encima de todo. Por muchas ofrendas y donaciones que podamos hacer, el amor siempre está por encima…¿será porque el mismo Dios es amor?
Es también hermoso ver cómo el Señor se sitúa en el corazón del judaísmo, en el Antiguo Testamento: cita Dt 6. Muy judío…y muy cristiano.
Hoy se nos invita a contemplar este diálogo, a sentir cada frase, y a imaginar al Señor diciéndonos lo mismo que al escriba. Estemos y aprendamos de Él.
José Luis, vuestro Párroco