Para leer el Evangelio: jueves 8 octubre 2020

Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.

jueves XXVII del Tiempo Ordinario.  Lucas 11, 5-13

Creo que todos los tiempos en que vivimos son difíciles. A veces aumenta la dureza, como este en el que estamos, inmersos en la epidemia.

Por eso creo que hoy tiene mucho sentido este pasaje evangélico: pedid, buscad, llamad…

La tremenda situación en que estamos nos sitúa ante nuestra fragilidad y pobreza. Nuestra vida parece que no tiene ningún valor.

Por ello creo que tiene mucho sentido lo propuesto por el pasaje evangélico: pedir a Dios su Espíritu para caminar y vivir, para afrontar este momento, para hoy y ahora acompañar a muchas personas hundidas por la situación, metidas en la oscuridad del miedo.

No podemos olvidar que sentir la misericordia y el amor incondicional de Dios, sentir su Espíritu, sentir su ternura, nos lleva a vivir la ternura y el amor hacia quienes nos rodean… Vivir y recibir el amor que viene del Señor para vivir ese amor con los hermanos. Vivir un «aquí» que se vaya transformando en un «Aquí», es decir, en un mundo preñado de la Presencia de Dios (el Reino que ya está Aquí)

Pedir, llamar, buscar. Sentir hoy la Presencia de Dios que nos da su Espíritu, nos transforma a cada uno y transforma nuestro mundo. Tal vez poco a poco, despacio, pero lo transforma todo. Nuestra realidad traspasada de su Presencia.

Contemplemos y vivamos así este Evangelio. En silencio saboreemos estas palabras del Maestro.

José Luis, vuestro Párroco