Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Sábado de la VII semana de Pascua (Ciclo B).
Lecturas: Jn 21, 20-26.
La respuesta de Jesús acerca del discípulo amado es intrigante.
No obstante es cuidadosa, y da en el blanco de tantas preguntas como nos podemos hacer: «sígueme»
A veces estamos muy pendientes de la respuesta que dan los otros. E incluso justificamos nuestra respuesta amparados en la respuesta que dan otros…
Jesús es tajante y muy claro: «sígueme». No dependemos de como otros sigan, o no, a Jesús: Él nos hace una llamada personal y única a ser sus discípulos.
Controlar a Dios es imposible (como dice Juan, todas sus cosas no cabrían en este mundo). Pero hay algo cierto y claro: Él nos llama a cada uno.
Podemos hoy estar con Él, y pedirle la gracia de caminar detrás de Él sin fijarnos en la respuesta que dan los otros.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco