Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Martes de la VIII semana del Tiempo Ordinario (Ciclo B).
Lecturas: Mc 18-20.
Naturalmente la vida de fe nos exige, si es auténtica, la entrega de nuestra persona a Dios y a los hermanos. Diría Pedro «hemos dejado…»
Pero también es cierto que la vida de fe te da mucho mas, te «compensa». Diría Jesús «cien veces más…», pero con persecuciones, es decir, con dificultades.
Jesús vive así su entrega: vive la plenitud del amor a Dios, y vive la oposición a su persona y a su misión. Pero también vive la plenitud: siente que el Padre le da mucho más de lo que Él mismo da. Nos llama a los discípulos a vivir su experiencia, a vivir como Él.
Hoy podemos contemplar así al Maestro: nos propone vivir su experiencia de entrega y de plenitud, sabiendo que en la vida futuro aun habrá «mas plenitud», la vida eterna.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco