Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Martes de la X semana del Tiempo Ordinario (Ciclo B).
Lecturas: Mt 5, 13-16.
Hoy Jesús se nos revela como luz y como sal.
El Señor es luz porque nos muestra como somos. Él es como un espejo en el que nos reflejamos, y caemos en la cuenta de quién somos realmente. Él también nos acepta como somos, sin condicionantes. Por ello ante Él somos auténticamente quien somos. Sin mascaras ni tapujos.
Él es también luz: su forma de actuar nos abre los ojos acerca de como actuar en el mundo. Y su forma de actuar llena de esperanza al mundo entero.
Por ello es también sal: su manera de ser y actuar «cambia» el sabor de la existencia, y llena todo de vida.
Si Él es luz y sal, somos invitados a ser como Él: dar luz al mundo, llenarlo de sabor, de vida.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco