Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Jueves de la XI semana del Tiempo Ordinario (Ciclo B).
Lecturas: Mt 6, 7-15.
Es muy bonita la introducción que hace el Señor antes de proponer su oración; revela muy bien una fuerte vivencia suya: ante el Padre no hacen falta muchas palabras, sino sentirse confiado en sus manos. Jesús así se siente.
Pero también podemos fijarnos en un detalle más: la insistencia del Maestro en llamar Padre a Dios. Nos muestra su sentimiento: el Misterio al que llamamos Dios es Alguien que nos ama como un Padre, intensamente.
Hoy podemos visualizar este momento: Jesús entrega a sus discípulos su oración, fruto de sentirse amado incondicionalmente por el Padre. El mismo nos invita a sentirnos como Él, a hacer nuestra su oración, a orar y vivir como vive Él.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco