Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Domingo de la XX semana del Tiempo Ordinario (Ciclo B).
Lecturas: Jn 6, 51-58.
Concluimos la lectura contemplativa del discurso del pan de vida.
En esta conclusión, Jesús se manifiesta hoy como el pan de vida. Quién está unido a Él, tiene vida en plenitud. Por encima de la muerte .
También se da a conocer cómo el enviado del Padre, en plena comunión con Él, tanto que la vida del Padre es la vida de Jesús, que es la vida que nos da. Comunión intensa entre el Padre y el Hijo, que da vida a aquellos que se unen a Él, que es su propia vida.
Por último, ,¿qué es «comer» a Jesús, comer su cuerpo y beber su sangre? Fundamentalmente estar unido a Él. Los cristianos tenemos el don de la Eucaristía, presencia real del Maestro. Podemos vivir ambas presencias: en la vida, y en el pan. En esta vivencia, tenemos la vida, porque le tenemos Él.
José Luis, vuestro Párroco