Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Lunes de la semana XXVI del Tiempo Ordinario (Ciclo C).
Día 29 de septiembre, fiesta de los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel, Rafael.
Lecturas: Jn 1, 47-51.
Los Ángeles son un reflejo de la presencia de Dios en nuestra vida, además de una servicialidad llena de bondad. Ejercen un servicio, una tarea, una misión, siempre llena de amor. Miguel, Rafael y Gabriel llevan a cabo una misión en nombre de Dios: Miguel expulsa el mal, Gabriel lleva la noticia de la salvación y deseo de Dios a María, y a otra gente, y Rafael ayuda y cura, sana y protege.
Hoy con este texto evangélico podemos contemplar así al Señor: Jesús que siente y revela a los ángeles muy cercanos, tanto que se acercan sobre el hombre, sobre el ser humano, y llevan la presencia de Dios .
Leamos este texto, y estemos con Él.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco