Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Domingo XXVII del Tiempo Ordinario (Ciclo C).
Lecturas: Lc 17, 5-10.
Creo que hoy en este pasaje evangélico el Señor Jesús hoy se revela en una doble dimensión.
Por un lado, Jesús se muestra hoy como un hombre creyente y orante, con fe. La misma petición de sus discípulos nos manifiesta que Él es el hombre creyente, que tiene plena confianza en el Padre. Su fe es intensa, plena. Por eso nos invita a pedirla.
Por otro lado, el texto nos presenta una vivencia grande del Maestro: su actitud de servicio ante el Padre. Jesús se siente como el servidor confiado y entregado, que lleva y presenta el proyecto del Padre para el mundo. No tiene grandes pretensiones, ni desea la admiración de los demás, sino que sólo desea servir. Servir y amar.
Podemos hoy leer este texto, y contemplar al Maestro, para pedirle ir siendo como Él.
José Luis, vuestro Párroco