Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Sábado de la semana XXVIII del Tiempo Ordinario (Ciclo C).
Día 18 de octubre, San Lucas Evangelista.
Lecturas: Lc 10, 1-9.
Según avanzamos en la lectura de este texto, podemos descubrir como Jesús se nos revela.
Designa setenta y dos a los que envía, donde Él pensaba ir: Jesús está presente en sus enviados, en sus discípulos.
Envía de dos en dos, señala la primacia de la comunidad: Él está presente en ella.
Se muestra preocupado por su misión: anunciar el Reino. Por ello insiste en pedir «al dueño de la mies…» Preocupado por el proyecto del Padre, el Reino.
Sabe muy bien las dificultades a las que se enfrenta, se siente «entre lobos». Y sin embargo, muy confiado en el Padre. No lleva nada porque se fia de Él.
Por último, se revela deseando la paz, y «curando», sanando enfermos: su misión es portar la vida.
Podemos leer despacio este texto, y admirar al Maestro. Admirarle para estar con Él.
José Luis, vuestro Párroco