Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Domingo XXXI del Tiempo Ordinario (Ciclo C).
Día 2 de noviembre, conmemoración de los fieles difuntos.
Lecturas: Juan  14, 1- 7. 
Estamos ante una fiesta muy dura, pero llena de esperanza…
El Evangelio que hoy se nos propone nos abre a la confianza: en la casa de mi Padre hay muchas estancias. De alguna forma nos revela que la salvación, el destino al que somos convocados, es «la vida junto a Dios», estar con Él, en su presencia íntima y cercana.
Hoy podemos leer este Evangelio, y descubrir un día más cómo se nos revela Jesús: Dios que nos llama a la vida, a la confianza, a la paz.
En un día de difuntos, descubramos al Señor de la vida.
José Luis, vuestro Párroco
