Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Martes de la semana XXXI del Tiempo Ordinario (Ciclo C).
Lecturas: Lc 14, 15-24.
En esta versión de la parábola del banquete de San Lucas, hoy me gustaría detenerme en dos frases.
Alguien le dice a Jesús «dichoso quién coma en el banquete del Reino». Es decir, aquel que sea salvado, y se encuentre en la casa del Padre. Jesús ante ello, le recuerda que el Padre invita a toda la humanidad, a cada persona. No deja nunca de invitar al banquete, a la vida.
Y vuelve a recordar :»que se me llene la casa». Jesús hoy revela el deseo del Padre de salvación para todos .
Hoy podemos contemplar así a Jesús al contar está parábola: el Señor, el siervo del Padre que muestra el deseo de Dios de salvación para toda la humanidad, deseo y anhelo con el que Él está totalmente de acuerdo.
Estemos con este Jesús.
José Luis, vuestro Párroco
