Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Miércoles de la semana XXXII del Tiempo Ordinario (Ciclo C).
Lecturas: Lc 17, 11-19.
Ir leyendo despacio este Evangelio nos puede ayudar a saborearlo interiormente y desentrañar su revelación, descubrir más hondamente quién es Jesús.
Lucas nos presenta hoy al Señor «en camino entre…», es decir, inmerso en la vida, en la realidad.
Unas cuantas personas le gritan «a lo lejos». Son leprosos, y cumplen con la ley. Pero tienen algo que decirnos: son conscientes de su situación y realidad, y claman al Señor. Tal vez nos estén indicando que siendo conscientes de quién somos, podemos invocar a Dios. Lejos o cerca, cuando le clamamos, Él nos va a escuchar.
Uno de ellos, acoge la salvación, y da gracias a Jesús. Y el Señor vuelve a acoger a este hombre. Igual nos invita a acoger la salvación que brota del Maestro, y a cultivar nuestra relación con Él.
Antes que nada, el Señor se muestra compasivo ante quienes sufren, y les escucha. Agradece que seamos agradecidos, y espera nuestra relación con Él. Pues aprendamos de aquel que se vuelve a acercar a Jesús.
José Luis, vuestro Párroco
