Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Lunes IV del Tiempo de Adviento. Ciclo A.
Día 22 de diciembre.
Lecturas: Lc 46-56.
Es increíble este cántico de María. En el encuentro festivo y entrañable con su prima Isabel, donde esta la reconoce cómo la Madre del Señor, y la «dichosa por haber creído», María va a alabar y glorificar a Dios. No por ella, sino por la obra de Dios en el mundo: salva, llama a los más débiles y pequeños, y se fija en aquellos que se fian de Él.
Podemos leer este cántico tan entrañable lentamente, saborearlo, y redescubrir los sentimientos y fe de María. Y pedirle a Dios crecer en la fe. Igual que María.
José Luis, vuestro Párroco
