Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Lunes dentro de la Octava de Navidad. Ciclo A
Día 29 de diciembre.
Lecturas: Lc 2, 22-35.
Es entrañable este encuentro de Simeon con el Niño.
Hoy Jesús se nos revela sometido a la ley: ha tomado totalmente en si la condición humana. Tanto que «cumple» con la ley, aunque esté muy por encima de ella. Sus padres, así lo van a hacer.
También se nos revela como Aquel que puede ser conocido por la fuerza del Espíritu: Simeon se va a dejar dirigir por El, y así reconocerá al Mesias en un Niño frágil y débil.
Y, por último, se nos revela como la luz: Él da vida a lo muerto, luz a la oscuridad. Él nos ilumina en nuestro caminar.
Al final, nos hace ver: a pesar de que estamos ante el Dios de la vida, e intentamos seguirle y servirle, las dificultades van a venir. Igual que a María una espada le atravesará el corazón. Pidamos gracia para aguantar.
José Luis, vuestro Párroco
