Para leer el Evangelio: sábado 16 enero 2021

Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.

Sábado semana I del Tiempo Ordinario.
Lectura: Mc 2, 13-17.

Veamos a quienes se dirige el Señor: va convocando y recogiendo a quienes El quiere, con una total independencia de los juicios y prejuicios de la sociedad de su momento.
Estos pasajes del Evangelio tienen una cualidad curiosa: al mostrar una opción por un grupo de gente, nos pueden hacer tomar otra opción rechazando a otro tipo de gente. Como la parábola del publicano y el fariseo, donde las simpatías por el publicano nos puede llevar a despreciar al fariseo, y tomar sus mismas actitudes.
Hoy el Evangelio nos presenta a Jesús que se acerca a una persona, la llama, y con ella se introduce en un grupo de gente bastante poco ejemplar (no podemos olvidar que los publicanos eran «mala gente», de los que roban y oprimen, estafadores, que quitan hasta el pan a los hambrientos… de esa gente que nos causan «asco» porque son malos)
Desde ese «meterse», el Señor va llamando al cambio, a la conversión. Justamente por ese estilo propio del Señor: desde la comprensión, el no juzgar ni condenar, la apertura, la acogida… en definitiva, el amor. Va a rechazar la intransigencia, la dureza de corazón…
Hoy se nos invita a contemplar la forma de ser del Maestro, y a desear estar con El, vivir con Él, ir siendo como Él. Tal vez tenemos que pensar en aquellas personas a quienes nos cuesta aceptar (diferente ideología, pensamiento, política, actitudes…) y orar por ellos. Pedir capacidad de amar. Desterrar de nosotros las intransigencias, no por voluntarismo, sino pidiéndoselo a Dios.
Contemplar al Señor que nos mira a todos y a cada uno con un profundo cariño y amor. Sentirnos mirados por Él.

José Luis, vuestro Párroco