Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Sábado semana III del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Mc 4, 35-41
El momento que estamos viviendo es de tormenta. Comenzó de forma exterior, pero nos va calando, y nos invade nuestro interior.
¿Quién de nosotros no tiene ahora momentos de tormenta en nuestro ser? ¿Quién no ha vivido, o vive la tormenta en su persona?
Hoy nos toca, como los apóstoles, acudir al Maestro, y pedirle que tranquilice nuestra tormentas interiores. Hay muchas.
¿Qué hace Jesús? Con muy pocas palabras, manda callar.
Hoy nos toca, acudir a Él, y pedirle que tranquilice nuestras angustias, ponernos en sus manos, pedirle que aumente nuestra confianza. Pongámonos en sus manos. Leamos y releamos este Evangelio.
José Luis, vuestro Párroco