Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Jueves semana IV del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Mc 6, 7-13
Jesús llama, les envía, les da autoridad.
¿Quién es este hombre que llama, envía, autoriza?
Jesús sabe bien quién somos cada uno de nosotros. Nos conoce, a ti, a mi, a cada uno. Nos conoce de esa forma que conocemos al amado. Somos sus amados. No nos conoce para tenernos sugetos, dominados, agarrados en sus manos, sino desde el amor, desde que ve nuestros sentimientos y pensamientos más íntimos, lo más hondo de nuestra alma.
Desde ese conocimiento «peculiar, único» suyo, nos llama por nuestro nombre, y nos envía. Nos envía a portarle y llevarle a Él ahí donde estamos, haciendo lo que Él hace, expulsando los espíritus inmundos, es decir, llevando su paz.
Hoy se nos convoca a contemplar así al Maestro: sentir que nos conoce, nos llama y envía para llevar su presencia; se nos llama a estar en su Presencia para llenarnos de Él y llevarle donde más hace falta, aquellos lugares de nuestra vida, interna y externa, donde el mal y el dolor están presentes. Llenarnos de su Presencia para llevarle donde no está.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco