Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Domingo semana X del Tiempo Ordinario
Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo.
Lecturas: Ex 24, 3-8,Sal 115,He 9, 11-15, Mc 14, 12-16. 22-26
Día y colecta de la Caridad
Hoy es un día para contemplar.
La vida cristiana y dentro de ella, la vida de oración exigen un trabajo y una tarea ardua. Pide que dediquemos un tiempo y una energía a un asunto que parece que es «perder el tiempo», una tarea ineficaz. Además es mucho tiempo y esfuerzo. Y, además, parece que «perdemos el tiempo»
Y, sin embargo, vivir el encuentro con Dios, da todo un sentido a la vida, y una paz y plenitud que no podemos adquirir de otra manera.
Hoy al contemplar la presencia del Señor en el pan consagrado, el Corpus, su Cuerpo, podemos dedicar un tiempo a esa contemplación y deseo de estar con Él..
En las lecturas vemos cómo Dios desea realizar una alianza con su pueblo, que es toda la humanidad; esa alianza se plenifica en Jesús,que realiza esa Alianza quedándose entre nosotros y en nosotros. Su vida fue una continua entrega a los demás por amor, y al final se quiso quedar con nosotros en el símbolo del pan partido, «resumen de toda su vida».
Su vida, su entrega, como nos recuerda el autor de la carta a los hebreos, es auténticamente redentora, salvífica. Dios nos salva por y desde su amor.
Contemplar hoy la Presencia del Señor en el pan partido, es contemplar su vida, caer en la cuenta de cómo es, y desear estar unido a Él.
Podemos leer el Evangelio en esa clave: el deseo de Jesús de quedarse en un gesto que significa toda su vida, todo su ser. Como diría San Juan de la Cruz, la cena que recrea, redime, y enamora, nos llena de su amor.
Comulgar el cuerpo del Señor, es comulgar con su proyecto, es estar unido a El.
Hoy os invitaría a estar un rato con Él, leer despacio estás lecturas, visualizar el Evangelio, y estar con Él.
José Luis, vuestro Párroco