Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Sábado semana X del Tiempo Ordinario.
Memoria del Inmaculado Corazón de María
Lecturas: Lc 2, 41-51
Justo después de contemplar el Corazón de Jesús, se nos llama a contemplar el Inmaculado Corazón de María, se nos llama a contemplar a María en definitiva.
La Madre siempre nos remite al Hijo.
En el acontecimiento que hoy se nos narra, Lucas hace incapie en la búsqueda del Niño por parte de María y José: andan angustiados.
La lección es que aquel que busca a Dios, al Niño, a Jesús, al final lo acaba encontrando. Él está con el Padre.
Nuestra vida no está exenta de angustias. Incluso a veces puede parecer que Dios ya no está con nosotros. Hoy se nos llama a seguir buscándole. Y a saber que Él se deja encontrar.
Seamos como María: dejemos a Dios un lugar en nuestro corazón. Igual. O entendemos el porqué, pero igual que ella, dejemos a Dios un lugar en nuestro ser, en nuestro corazón.
José Luis, vuestro Párroco