Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Viernes semana XI del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Mt 6, 19-23
Un día más, el Evangelio nos presenta quién es Jesús: es Aquel que tiene su corazón puesto en Dios y que se deja iluminar por Él.
Podemos leer este pasaje evangélico desde un punto de vista moral, y tiene su sentido realmente: ¿Dónde pongo mi corazón?, ¿amontono cosas, y me preocupo por poseer, o por experimentar…?, ¿tengo mirada limpia que me permita descubrir a los demás?
Efectivamente, este modo de leer y entender este pasaje tiene sentido, y seguramente más de una vez, lo hemos realizado; nos viene bien para reflexionar.
Pero hoy quiero dar un paso más: Jesús es el hombre que realmente pone su corazón en el Padre, se deja iluminar por Él, y así ve la realidad desde Dios, con una capacidad increíble para conocer y vivir.
Hoy se nos llama a contemplar así a Jesús, a darnos cuenta de su presencia en nuestro interior, y a pedirle ir siendo como Él: poner nuestro corazón, nuestra persona en nuestro Dios. En Él.
Que El vaya siendo la lámpara que nos ilumine, la mirada que nos permita ver. Que veamos y miremos como Él.
José Luis, vuestro Párroco