Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Sábado semana XI del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Mt 6, 24-34.
Creo que el Señor Jesús supo como nadie caminar poniéndose en las manos del Padre, y a la vez afrontando las situaciones difíciles que tuvo que vivir: traición de los amigos, conspiración para matarle, presentación de su estilo de vida, choques con diferentes estamentos y gentes que no le deseaban ningún bien, o que le querían manipular…
También se supo poner en las manos del Padre en la situaciones buenas: su acción de gracias por que el Padre se revela a los sencillos, por su inspiración a Pedro, al dar el perdón y la sanación a tantas gentes…
En definitiva, Jesús camina como Hijo del Padre, poniendo todo en sus manos, y desde esa experiencia, viviendo las diferentes situaciones que le trae la vida.
Hoy el Evangelio nos trae esa vivencia del Señor: vivir y caminar poniéndonos en sus manos, con una infinita confianza, porque El es nuestro Padres, y no puede permitir que nada ni nadie nos dañe en lo más profundo y hondo de nuestro ser. Es una vivencia para ir aprendiendo lentamente. Al mismo Jesús le costó. Pero lo vivió.
Hoy podemos leer este pasaje evangélico, contemplar a Jesús que lo vive profundamente, y pedirle ir viviendo así. Como Él y con Él.
José Luis, vuestro Párroco