Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Miércoles semana XIII del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Mt 8, 28-34.
Me gustaría hacer mención a un pequeño detalle que se muestra en el texto evangélico: estaban y vivían en el cementerio.
Dos hombres salen en el cementerio, están endemoniados, son excluidos y violentos. Están entre los muertos, «viven muertos».
Ante ellos, Jesús no se esconde, sino que el gesto que hace es devolver la vida, alejar el espíritu maligno, liberar y sanar.
Hoy podemos contemplar así a Jesús: encuentra, escucha, hace, libera, sana, salva. Quita aquello que «mata» a todo ser humano, y nos llama a la vida.podemos leer y releer el texto, y hundirnos en él.
Contemplemos así al Señor.
José Luis, vuestro Párroco