Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Viernes semana XVIII del Tiempo Ordinario.
La Transfiguración del Señor
Lecturas: Mc 9, 2-10
Me conmueve esta fiesta. Me gusta pensar como en mitad de su vida mortal, el Señor Jesús rodeado de sus más íntimos se manifiesta quién es. Aunque tan solo sea «un poquito». Da lugar a la esperanza al intuir «lo que vendrá después».
Me gusta imaginar la escena: Jesús rodeado de los «fundamentales» del pueblo: Moisés, el caudillo que aglutina y da la ley, la alianza; Elías, el profeta que invita a seguir caminando buscando día a día ser más fiel a Dios, el hombre que habla en su nombre; y los discípulos, que gozan de una intimidad con el Maestro, y van aprendiendo al estar y vivir con Él. De alguna forma, estamos representados en ellos…
Pero aún me apasiona más: la nube: el Misterio que es Dios, lo totalmente diferente a lo creado, lo «totalmente otro», que nos invita a contemplar: «Este es mi Hijo amado, escuchadlo».
Hoy creo que podíamos visualizar el acontecimiento, sentir cada persona, cada momento, y saborear la voz, sentir que nos llega adentro, estar con Él.
José Luis, vuestro Párroco