Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Miércoles semana XIX del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Mt 19, 15-20
Me gustaría quedarme en el final de este pasaje evangelico: donde hay dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo.
No suelo ser moralista; me gusta vivir abierto a la Presencia del Señor, e ir actuando dejándome empapar por Él, con lo cual no suelo ser amigo de la corrección supuestamente fraterna. Creo que para ejercerla el adjetivo de fraterna debe ser real.
Sin embargo si soy más amigo de reconocer la Presencia del Señor en nuestra vida. Esa Presencia nos vuelve fraternos y hermanos; creo que hoy deberíamos pedir a Dios capacidad para reconocer sea Presencia, y gracia para vivirla.
Jesús fue experto en reconocer la Presencia del Padre en su vida; seamos como Jesús.
Os invito a saborear esa última frase del Evangelio de hoy, y a pedirle la gracia para recibir su Presencia en nosotros, en la comunidad, en la Iglesia… a pesar de nuestra limitación y pecado, Él está.
José Luis, vuestro Párroco