Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Lunes semana XXI del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Mt 23, 13-22
Es curioso cómo podemos percibir la forma de ser de Jesús a través de estas críticas a los fariseos de su tiempo. El Señor crítica la falta de autenticidad.
Sin ánimo de despreciar a la religiosidad popular, a veces me acuerdo de la insistencia en cómo va vestida tal o cual imagen (habitualmente muy alejada de la realidad), pero a la vez no se vive la unión con lo que la imagen representa. La crítica que hace el Señor de lo importante del oro del templo y la ofrenda nos lo recuerda: mucho más importante tal corona o tal manto es acercarnos a la realidad de lo representado, acercarnos a Jesús o a María.
El Señor es aquel que abre la puerta, se acerca, no busca el provecho propio, da una opción de libertad, no hace proselitismo (si quieres…); hace el centro fundamental de su vida a Dios Padre, no el templo ni las ofrendas, sino el propio ser de Dios. Jesús hace demasiado fácil las cosas (aceptar ser queridos), y a la vez es muy exigente: responder amando y sirviendo, tal y como vive y es Él.
Hoy podemos leer este Evangelio, descubrir esa crítica, pedirle capacidad para descubrir su persona, y pedirle vivir enamorados de Él.
José Luis, vuestro Párroco