Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Jueves semana XXI del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Mt 24, 52-51
Creo que el texto de hoy nos invita a tener una mirada contemplativa sobre la realidad que nos rodea.
Clásicamente este texto se ha entendido como estar preparados para la muerte: en cualquier momento puedo morir, y por si acaso, «que me pille en gracia».
Yo prefiero entenderlo como una invitación del Maestro a tener una mirada contemplativa sobre nuestra realidad, y descubrir su presencia en ella. Él, realmente está ahí.
Hay una expresión que me rechina: temor de Dios. Siempre he pensado, y pienso, que a Dios no se le debe temer. Tal vez temer ofender a Dios. O, puesto en positivo, mejor hagamos aquello que a Dios le agrada. Porque El siempre está presente en nuestra vida.
Jesús fue experto en vivir esa Presencia, esa comunión con el Padre. Fijémonos en Él, sintámosle en nuestro ser, y pidamos tener esa mirada suya allí donde estemos.
José Luis, vuestro Párroco