Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Martes semana XXII del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Lc 4, 31-37.
Me gustaría hoy quedarme con la ultima frase de este pasaje evangélico: «se le iba conociendo por todos los lugares de la comarca».
¿Que tendría el Señor qué de Él se iría comentando todo? O más bien, ¿cómo sería el Maestro para que se le conociera?
Me acuerdo de las frases del espíritu inmundo: «sabemos quién eres».
¿Quién es el Señor para mi? ¿Qué tiene para mi? ¿Es el Señor de mi vida?
Al contemplar hoy este pasaje podemos visualizar al Señor, escuchar el diálogo con el espíritu del mal, ver su actuación, y sentir en nuestro interior: «¿qué tienes y qué eres para mí? ¿dejo que tú ser anide en mi? .
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco