Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Viernes semana XXXII del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Lc 17, 26-37.
Un texto francamente complicado.
Creo que más que ir frase a frase de este pasaje, habría que ir buscando el mensaje global que hoy se nos propone: Jesús nos invita a caminar como Él, confiando plenamente en el Padre.
Por un lado, invita a sus discípulos a vivir en vela, aguardando y contemplando el mundo en que viven. Por otro lado, a vivir desde el amor, un amor entregado, como vive Él. Acordaos de lo que se haya en la mitad del texto: «el que entregue su vida…» Estamos en un contexto en que El invita a vivir como Él, desde el amor.
Por ello este texto lo podemos contemplar desde el fijarnos en Jesús: caminar abiertos al Padre, caminar como Él: el día en que se nos llame, tal vez le ofrezcamos al Padre unas manos vacías, pero llenas de amor y confianza en Él.
Vivamos unidos a Él.
José Luis, vuestro Párroco