Las antífonas de la «O»

Las Antífonas de la «O» comienzan durante la última semana de Adviento. Ayudan a profundizar en la celebración de la Navidad. Estas antífonas son títulos mesiánicos antiguos para Cristo y provienen del Antiguo Testamento. Cada uno expresa un profundo anhelo por la venida del Mesías.
Tómense unos minutos para rezar en silencio durante esta última semana de Adviento y reflexionar sobre las siete Antífonas. Lean y mediten en los pasajes bíblicos que las acompañan. Recen el Magnificat al atardecer de cada día (Lucas 1, 46-55)

DIA 17 diciembre: O SAPIENTIA, quæ ex ore Altissimi prodiisti, attingens a fine usque ad finem, fortiter suaviterque disponens omnia: veni ad docendum nos viam prudentiæ. (Isaías 11: 2-3; Isaías 28:29)
Oh Sabiduría, que brotaste de los labios del Altísimo, abarcando del uno al otro confín, y ordenándolo todo con firmeza y suavidad: ven y muéstranos el camino de la salvación.

DÍA 18 diciembre: O ADONAI, et Dux domus Israel, qui Moysi in igne flammæ rubi apparuisti, et ei in Sina legem dedisti: veni ad redimendum nos in brachio extento. (Isaías 11: 2-3; Isaías 28:29)
Oh Adonai, Pastor de la casa de Israel, que te apareciste a Moisés en la zarza ardiente y en el Sinaí le diste tu ley: ven a librarnos con el poder de tu brazo.

DÍA 19 diciembre: O RADIX Jesse, qui stas in signum populorum, super quem continebunt reges os suum, quem Gentes deprecabuntur: veni ad liberandum nos, jam noli tardare. (Isaías 11: 1; Isaías 11:10; Jeremías 23: 5-6: Miqueas 5: 1; Romanos 15: 8-13; Apocalipsis 5: 1-5; Apocalipsis 22:16)
Oh Renuevo del tronco de Jesé, que te alzas como un signo para los pueblos; ante quien los reyes enmudecen, y cuyo auxilio imploran las naciones: ven a librarnos, no tardes más.

DÍA 20 diciembre: O CLAVIS David, et sceptrum domus Israel; qui aperis, et nemo claudit; claudis, et nemo aperit: veni, et educ vinctum de domo carceris, sedentem in tenebris, et umbra mortis. (Isaías 22:22; Isaías 9: 6).
Oh Llave de David y Cetro de la casa de Israel; que abres y nadie puede cerrar; cierras y nadie puede abrir: ven y libra a los cautivos que viven en tinieblas y en sombra de muerte.

DÍA 21 diciembre: O ORIENS, splendor lucis æternæ, et sol justitiæ: veni, et illumina sedentes in tenebris, et umbra mortis. (Isaias 9:2; Lucas 1:9; Zacarías 6: 12-13; Hebreos 1:3; Malaquías 4:2)
Oh Oriente, esplendor de la luz eterna y sol de justicia. Ven y alumbra a los que yacen en las tinieblas y en la sombra de la muerte.

DÍA 22 diciembre: O REX Gentium, et desideratus earum, lapisque angularis, qui facis utraque unum: veni, et salva hominem, quem de limo formasti. (Isaias 9:7; Isaías 2:4; Isaías 28:16; Ageo 2:8; Efesios 2:14; Genesis 2:7)
Oh Rey de las naciones, Dios y Salvador de Israel, piedra angular que unes en un solo edificio a los Judíos y a los gentiles. Ven y salva al hombre que has formado del barro de la tierra.

DIA 23 diciembre: O EMMANUEL, Rex et legifer noster, exspectatio gentium, et Salvator earum: veni ad salvandum nos Domine Deus noster. (Isaías 7:14)
Oh Emmanuel, nuestro Rey y Legislador, expectación de las naciones y objeto de sus deseos. Ven a salvarnos, Señor Dios nuestro.


En la Liturgia de las Horas, leemos el Himno:
!Cielos, lloved vuestra justicia!

¡Cielos, lloved vuestra justicia! ¡Ábrete, tierra! ¡Haz germinar al Salvador!

Oh Señor, Pastor de la casa de Israel,
que conduces a tu pueblo,
ven a rescatarnos por el poder de tu brazo.
Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!

Oh Sabiduría, salida de la boca del Padre,
anunciada por profetas,
ven a enseñarnos el camino de la salvación.
Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!

Hijo de David, estandarte de los pueblos y los reyes,
a quien clama el mundo entero,
ven a libertarnos, Señor, no tardes ya.
Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!

Llave de David y Cetro de la casa de Israel,
tú que reinas sobre el mundo,
ven a libertar a los que en tinieblas te esperan.
Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!

Oh Sol naciente, esplendor de la luz eterna
y sol de justicia,
ven a iluminar a los que yacen de sombras de muerte.
Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!

Rey de las naciones y Piedra angular de la Iglesia,
tú que unes a los pueblos,
ven a libertar a los hombres que has creado.
Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!

Oh Emmanuel, nuestro rey, salvador de las naciones,
esperanza de los pueblos,
ven a libertarnos, Señor, no tardes ya.
Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!