Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Lunes semana I del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Mc 1, 14-20.
Me gustaría quedarme en un detalle de este pasaje evangélico: «venid conmigo».
Creo que este Evangelio es muy rico: en muy pocas palabras, Marcos relata la misión y tarea de Jesús: inmerso en la vida cotidiana, Jesús invita a la conversión, anuncia el Reino, convoca al seguimiento…
Pero que quedó hoy en ese dato: venid conmigo.
El discípulo de Jesús, tu, yo, tenemos como identidad algo fundamental: tener una intimidad con Jesús. Venid conmigo.
Creo, con toda la humildad del mundo, que la llamada al voluntarismo excesivo, y a hacer por hacer, no lleva a otro sitio que a la frustración. Efectivamente, el compromiso cristiano es importante, pero debe brotar de nuestra intimidad con Jesús. Si no es así, ¿cuántos cristianos vemos «quemados»?
Venid conmigo. Es la frase que hoy nos dice a cada uno. Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco