Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Lunes semana IV del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Mc 5, 1-20
Un relato para visionar, y estar contemplando al Señor.
Un hombre que ha perdido su dignidad humana, vive entre los sepulcros, su ser más íntimo, los espíritus inmundos van a acabar entre cerdos, ese animal «basura» para los judíos, e incluso para nosotros con una cierta connotación peyorativa…
Bueno, pues a este hombre, Jesús le va a liberar. Y lo único que le propone es que entre los suyos, en su vida cotidiana, anuncie lo que Dios ha hecho por él (ni tan siquiera Jesús se cita a si mismo…)
Contemplemos hoy así a Jesús: Aquel que nos salva de nuestros » propios espíritus inmundos», y nos da la vida. Pongamos hoy nuestra vida y nuestro ser en sus manos.
José Luis, vuestro Párroco