Para leer el Evangelio: lunes 7 marzo 2022

Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.

Lunes de la semana I de Cuaresma. Ciclo C.
Lecturas: Mt 25, 31-46  

Esta parábola es estremecedora.

Fuera de todo tipo de valoración moralista, y de pensar en el juicio como una «medición de buenas y malas obras», creo que el Señor nos indica dónde está Él de forma preferente: en los pobres, en los que sufren.

Nos llama a salir de nuestro mirarnos el ombligo, y nos recuerda de forma muy intensa donde está realmente la Presencia de Dios: ¿qué hago por paliar el dolor de los hermanos?

Decía Santa Teresa que al atardecer de nuestra vida «nos examinarán de amor».

No me gustaría quedarme en la palabra juicio, si en la invitación a amar: nuestro Dios, el Dios del Amor, nos invita a vivir amando. Y a amar a quien sufre más. Tal vez no nos vaya su forma de ser, tal vez «sean malos», o desagradables… Tal vez vivamos noches oscuras, y los que nos rodean viven la angustia y el dolor, y tal vez ello nos hace sufrir. Y tal vez no entendemos lo que nos pasa, e incluso podemos pensar que Dios está sordo o ciego (¿No ve lo que ocurre en Ucrania, en tantos hospitales, en tantos suburbios…) Pero nos sigue convocando a vivir amando. Igual que hace nuestro Dios.

Podemos contemplar esta parábola, y pedirle la gracia de descubrir su Presencia en aquellos a quienes El se refiere.

Estemos con Él.

José Luis, vuestro Párroco