Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Sábado de la semana I de Cuaresma. Ciclo C.
Lecturas: Mt 5, 43-48.
Una declaración moral increíble.
Pero, creo, más que una normativa moral, encontramos un fuerte reflejo de cómo es el Señor Jesús.
Jesús es capaz de amar a quien le aborrece, de dar el amor y la paz a quien le odia… Él es como el Padre bueno que manda la lluvia, la vida, a toda persona, que nos ama de forma incondicional. No hace distinción entre malos y buenos. Cada ser humano para Él es alguien muy importante.
Al final de este pasaje evangélico nos propone el mejor modelo: el Padre Dios, porque Jesús mismo es el reflejo de ese Padre que tanto nos quiere.
Estemos con Él, deseemos ser como Él.
José Luis, vuestro Párroco