Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Lunes de la semana IV de Cuaresma. Ciclo C.
Lecturas: Jn 4, 46-54
Me recuerda la curación del siervo del centurión, salvo que por lo que parece este hombre es judío, funcionario real, no pagano como aquel romano.
Jesús pide fe. E incluso le recrimina que no busquen más que signos o señales, milagros. Pero este hombre, padre angustiado, insiste: ha ido hasta Cana, y le pide.
Jesús se deja vencer ante la insistencia, la confianza de aquel hombre. Es un Dios vencido por la confianza. Este es nuestro Dios, un Dios que nos pide fe, confianza en Él.
Hoy podemos leer despacio este relato, y pedirle, «creo, Señor, pero aumenta mi fe».
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco