Para leer el Evangelio: viernes 13 noviembre 2020

Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.

Viernes XXXII del Tiempo Ordinario.  Lucas

Estamos llegando al final del ciclo litúrgico de este año. Con tal motivo las lecturas que vamos contemplando estos días tienen carácter apocalíptico, es decir, nos habla del final de los tiempos, y nos invitan a esperar y confiar.

Este pasaje evangélico es difícil y complicado. Estoy convencido que estas lecturas hay que entenderlas, como todo el Evangelio, a la luz de la revelación total de Jesús, nunca de forma aislada. Por esto, creo que hoy lo podríamos entender y vivir desde una frase también del Evangelio de San Lucas: “por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el Sol que nace de lo alto”

Es decir, el Evangelio de hoy nos habla del fin del mundo, del fin de nuestra vida. No sabemos cuándo ni cómo acontecerá (la última frase es realmente inquietante), pero la clave está en vivir una vida en relación con Dios, desde la confianza y la convicción de que estamos en manos de nuestro Dios.

No creo que sea tanto el “estar preparados para bien morir”, sino vivir y caminar sabiendo que el Sol que nace de lo alto, que el Señor, camina y habita en nosotros.

Él es la única fuente de la vida. La de ahora, en nuestro mundo, y la de la plenitud. Como diría Santa Teresa, andar con quién sabemos que nos ama. Es fundamental dedicar tiempo y fuerza para estar con Él. Y, como dice Él mismo, entregar nuestra vida en sus manos (quien quiera perder la vida…)

José Luis, vuestro Párroco